obra
ascending series 3
autor
Michael Pisaro
año
2008
ascending series 3 es una partitura escrita para un grupo de músicos instalados en un sitio a la intemperie o abierto al exterior. La partitura describe un tipo de sitio adecuado (lo suficientemente agradable como para estar en él durante un largo tiempo, y en el cual el sonido de los instrumentos no sea ahogado constantemente por el sonido circundante); entrega, asimismo, los materiales con los cuales se debe realizar un arreglo específico para una realización particular.
Sin las decisiones que producen un arreglo y definen los equilibrios de una situación musical, la partitura no es más que una colección de objetos sin realización.
Los materiales consisten en:
(1) un esquema flexible de secciones: siete interludios de diez minutos cada uno, entre los cuales se despliegan seis zonas de «armonía circundante», cuya duración depende de la extensión total decretada para la realización. Este esquema flexible puede ser dispuesto en cualquier duración entre un mínimo de 310 minutos y un máximo de 490 minutos.
(2) tres actividades para las seis zonas de armonía circundante, disponibles para todos los músicos: escuchar; realizar un sonido (con un objeto o instrumento) que armonice con uno o dos sonidos circundantes; sostener un tono (de dos tonos específicos para cada una de las seis duraciones), muy suavemente, pues se trata de señalar «un ascenso en curso».
(3) partes instrumentales anotadas para los siete interludios(1).
La realización se llevó a cabo en el Cementerio nº 1 de Valparaíso.
Los músicos se situaron en un pasillo en medio del cementerio, orientado aproximadamente de norte a sur, lo que permitía plantear una situación porosa: los músicos –y los ocasionales visitantes- entraban y salían de una zona de la obra o de unas inmediaciones de la música.
La tarde transcurrió sin contratiempos, al sol y –a ratos- con mucho viento, al que se puede escuchar castigando los diafragmas de los micrófonos (2).
Del mismo modo que la obra plantea la irrupción de interludios como siete discontinuidades en medio de una duración sostenida y continua (que es la duración de un sitio), el cementerio, incrustado en un cerro de Valparaíso, se mantiene, a la vez, geográficamente en medio de la ciudad y lejos, ya que su posición en altura atenúa y filtra buena parte del ruido que ella produce.
En el contexto del Festival Tsonami, la obra fue anunciada como una intervención. Algunas características ya descritas lo confirman, en tanto intervenir supone un gesto significativo, a veces altisonante, que llama la atención. Sin embargo, aquellos que transitaron por la realización de la obra se enfrentaban apenas a un prospecto de realización: un grupo de personas sentados frente a una fila de lápidas, sin mayor actividad que producir algún leve sonido rápidamente absorbido por el también leve ruido circundante. Pero hubo intervención, aunque ella se llevara a cabo en la porosidad casi indistinguible de una situación: no era el sitio o el espacio público (el único, al parecer, al que le suceden las intervenciones) aquello que estaba siendo intervenido sino que, sobre todo, aquellos que cohabitaron con la obra y el sitio; sus paciencias, sus paseos o sus audiciones fueron puestas a trabajar. Aun cuando algunos de los asistentes se negaron a ese trabajo, otros –más plácidamente- se dieron tiempo para la obra les trabajara una escucha, una situación colectiva.
Quizá una obra que produce estas porosidades exige un tipo de fidelidad (musical, o política), allí donde la obra abre un sitio siendo fiel a una situación definida por una partitura: una exigencia así no es una situación de facto, sino un problema a poner en obra.
NCD
(1) En acuerdo con el Festival Tsonami Valparaíso, Santiago Astaburuaga y Nicolás Carrasco realizaron un arreglo de la partitura para doce músicos. El arreglo consideró nueve músicos que realizarían las voces de los interludios y tres músicos que realizarían el material «Rauschen», específico para la percusión y que sucede en los interludios 2, 3, 5 y 6.
(2) Los registros en audio fueron conducidos sin equipos profesionales.
ejecutantes
Felipe Araya, Raúl Díaz, Matías Mardones, Sebastián Carrasco, Renzo Filinich, Ignacio Morales, Diego Aguirre, Marcelo Troncoso, Edén Carrasco, Santiago Astaburuaga, Sebastián Jatz y Nicolás Carrasco.
instrumentos
percusión (tres intérpretes), trompeta, dos laptops, dos guitarras, clarinete, bajo eléctrico, acordeón, melódica, violín, objetos.
lugar
Cementerio n°1, cerro Cementerio, Valparaíso, Chile
fecha
jueves 10 de noviembre de 2011
horario
de 14:30 a 20:00
duración
370 minutos
invitados María Torres, Cynthia Conrads, Valentina Serrati, Billy Roisz, Angélica Castelló, Luis Felipe Saavedra, Juan Pablo Abalo, Fernando Godoy, Peter Grosweiler, Nicolas Collins, Tambores Delon, Teo Maira, Marcelo Maira, entre otros
parte 1.
Interludio 1, armonía circundante…
parte 2
…armonía circundante, Interludio 2, armonía circundante…
parte 3
…armonía circundante, Interludio 3, armonía circundante…
parte 4
…armonía circundante, Interludio 4, armonía circundante…
parte 5
…armonía circundante, Interludio 5, armonía circundante…
parte 6
…armonía circundante, Interludio 6, armonía circundante, Interludio 7